Sucede siempre. Cuando una persona camina por la calle y
se aproxima al lugar donde se posa un pájaro, este acaba por levantar el vuelo
y huir. Sin embargo, en algunos lugares las aves son más confiadas y tardan más
en escapar que en otros. Un estudio liderado por investigadores del CSIC ha
analizado las distancias a las que los animales emprenden la fuga, y concluye
que en las ciudades y en las regiones más al norte de Europa, las aves son más
confiadas.
El trabajo, que se publica en la revista PLOS ONE, se
basa en unas 12.000 observaciones de 159 especies de aves en nueve zonas de
Europa. Según los datos, las aves salen huyendo cuando la amenaza está a una
distancia media de 11,46 metros, aunque la medida varía en función de la
especie y la localidad, ya que se han detectado casos en los que el potencial
depredador puede acercarse hasta a un metro y otros en los el límite está en
180 metros de distancia. Los resultados mostraron que, una vez separado el
efecto de factores como la especie, el hábitat o el tamaño corporal, hay una
relación entre la latitud y la distancia. Además, las aves son más confiadas en
las urbes que en las zonas rurales.
“Este trabajo demuestra por primera vez que existe un
amplio gradiente latitudinal, al menos en Europa, en el riesgo de depredación
que sufren las aves”, explica Mario Díaz, del Museo Nacional de Ciencias
Naturales (Madrid) y uno de los autores del estudio. Los investigadores creen
que estas diferencias se deben al número de depredadores, que es mayor en el
sur de Europa y en las
Zonas rurales. “Este fenómeno se manifiesta en su
comportamiento y se relaciona con la abundancia o escasez de depredadores, como
las aves rapaces”, ha aclarado Díaz.
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