El gavilán (Accipiter nisus) es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae ampliamente distribuida en Eurasia, desde la Península Ibérica hasta Japón y norte de África.
Mide entre 27 y 37 cm de longitud y entre 60 y 80 cm de envergadura. Un ejemplar adulto macho pesa entre 105 y 165 g., 137 g en promedio; las hembras, en cambio pesan entre 192 y 290 g., en promedio, 234 g. Esto significa que los machos alcanzan solo el 60% del peso corporal de las hembras. Las partes superiores de los adultos son oscuras, mientras que las inferiores son rojizas listadas en los machos y blanquecinas finalmente ondeadas de pardo en las hembras, que son, como en todas las aves rapaces, de mayor tamaño que los machos. En los jóvenes las partes superiores son pardas con las plumas flanqueadas de una tonalidad rojiza.
El gavilán fue un ave de rapiña muy venerada entre los
antiguos egipcios. La especie comúnmente figurada sobre los monumentos es la
que se llama vultur sacer Linei, por ser la que era el objeto del culto de los
egipcios.
El gavilán puede indicar, segun dicen Diodoro y Horapolon,
la energía y la voluntad, la preeminencia, la sublimidad y la humildad, es
decir, esta especie de movimiento que conduce tan pronto arriba, tan pronto
abajo. Se servían de los gavilanes para indicar el sol y el viento por su vista
perspicaz y por su vuelo rápido. Luego, no fueron más que un atributo del sol o
de Osiris, al que representaban con cabeza de gavilán y por comparación, fueron
también un emblema del fuego.
Herodoto dice que era castigado de muerte el que entre los
egipcios mataba un gavilán aunque fuese involuntariamente. El mismo autor
refiere que enterraban en Buto los gavilanes que morían naturalmente. Estas
aves estaban sobre todo en gran veneración en Hieracónpolis o ciudad de los
gavilanes en el alto Egipto cerca de Latópolis. Los sacerdotes de este templo
cuidaban de mantener una infinidad de estas aves sagradas.
Entre los griegos el gavilán era consagrado al Sol, del que
le suponían mensajero. Servía para los presagios y era asimismo uno de los
símbolos de Juno, porque tiene la vista fija y penetrante, como esta Diosa
cuando estaba poseída de los celos.
En la Edad Media no era permitido sino a la gente noble o
distinguida criar gavilanes y en sus viajes solían llevar alguno consigo.
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