Los fenicopteriformes (Phoenicopteriformes), los cuales
reciben el nombre vulgar de flamencos, son un orden de aves neognatas, con un
único género viviente: Phoenicopterus. Son aves que se distribuyen tanto por el
hemisferio occidental como por el hemisferio oriental: existen cuatro especies
en América y dos en el Viejo Mundo. Tienen cráneo desmognato holorrino, con 16
a 20 vértebras cervicales y pies anisodáctilos.
Se trata de aves muy esbeltas, de entre 80 cm y 1,40 m de
largo, con patas larguísimas y cuello largo. El pico es muy característico, y
perfectamente adaptado para hurgar en el barro. La mandíbula superior, de menor
tamaño que la inferior, es la única móvil. El pico tiene una pronunciada
curvatura hacia abajo y está dotado de unas laminillas internas para retener
las sustancias alimenticias al filtrar el limo. Los pies tienen cuatro dedos,
los tres delanteros unidos por una membrana y el posterior muy pequeño.
Todas las especies son de color rosa más o menos fuerte,
desde el rosa claro casi blanco del flamenco europeo (Phoenicopterus roseus), hasta
el color salmón del flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber).
Mientras vuelan mantienen el cuello y las patas
completamente estirados.
Necesitan grandes extensiones de agua poco profunda,
normalmente salina, salobre o alcalina, desde el nivel del mar hasta los 5.000
msnm. Se encuentran en todos los continentes, a excepción de Australia. Los
flamencos se alimentan de algas y crustáceos filtrando el limo. Su pico está
perfectamente adaptado a separar el limo y el barro de los alimentos de los que
se nutren. La estructura laminar del interior del pico y la superficie áspera
de la lengua facilitan la tarea.
Hacen los nidos de barro, con forma de tronco de cono, con
la cima cóncava, donde ponen un único huevo blanco (a veces dos) que incuban
durante unos 30 días. Los flamencos alimentan a sus crías con una “leche”
similar a la de las palomas, pero con más grasa y menos proteínas, que es
producida por glándulas ubicadas en la zona superior del tracto digestivo. Las
crías son alimentadas con este producto durante unos dos meses, hasta que su
pico está suficientemente desarrollado para filtrar el alimento.
Los flamencos se alimentan, mediante filtración, de
crustáceos y algas. Sus picos, extrañamente formados, se adaptaron para separar
el barro de la comida que consumen, y los usan singularmente al revés. La
filtración de comida se apoya en estructuras filamentosas llamadas lamelas,
pequeñas láminas que están en las mandíbulas, y una lengua áspera y grande.
Las crías de flamenco salen del cascarón con el plumaje
blanco, pero las plumas del adulto son de color rosa luminoso a rojo, debido a
carotenoides obtenidos de su alimento. Un flamenco que se alimenta bien y es
saludable es de color rosa luminoso a rojo. El flamenco más rosado es el más
deseable como compañero. Un flamenco blanco o pálido está generalmente enfermo
o sufrido de falta de comida.
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